La base de un intento de arquitectura global con los BRICS 

Por Alejandro Viadas Loyo

La semana pasada se realizó la cumbre número dieciséis del foro de cooperación económica BRICS que desde su pasada cumbre en 2023 es conocido por algunos con el símbolo de + por el ingreso de otros países al bloque. 

El objetivo y las posibilidades de este grupo han cambiado con el paso de los años. En un principio se les destacó como países emergentes en 2010, año en que realizaron su primera reunión, si bien desde un principio vieron en su unidad una oportunidad para el ‘sur global’ con el paso de los años y los cambios en la geopolítica global han acumulado protagonismo y atención del resto del mundo. 

En el reciente periodo, tras la pandemia de Covid- 19, la guerra de Ucrania y la guerra comercial de EUA con China, los BRICS, dirigidos principalmente por China y Rusia, lograron atraer a otras naciones con el discurso de un mundo multipolar, multilateral con justicia y una nueva arquitectura financiera.  

Desde su cumbre número quince se convirtieron en el centro la noticia global y en esta cumbre dieciséis celebrada en Kazán, Rusia, los reflectores fueron igualmente dirigidos al foro.  

En esta ocasión los resolutivos y resultados de la Kazán fueron de gran interés mundial. Por un lado, ingresaron 13 países, no como miembros plenos, sino como socios, lo que les permitirá comenzar a hacer negocios con los países miembros en condiciones favorables y con dinámicas que buscan generar un mayor beneficio en el desarrollo con un menor endeudamiento, según los BRICS.  

En otra latitud, China y la India salieron de lo económico para entrar en el papel político militar y lograron llegar a un primer acuerdo sobre el conflicto fronterizo que viven en la región de Cachemira, en donde ambos países alegan la pertenencia de un territorio, lo que se convirtió en un ejemplo de resolución diplomática de los conflictos a nivel internacional. 

Y aunque pareciera que todo sale bien en este nuevo intento de arquitectura global, arribó un nuevo conflicto en el continente americano. Brasil logró influenciar al resto de los países miembros para rechazar la solicitud de ingreso de Venezuela con el pretexto de considerar a su vecino con “desconfianza”, resultado de que Maduro nunca mostró las actas de su victoria en las elecciones de finales de julio. 

De esta forma, los BRICS comienzan a mostrar las capacidades de sus miembros por marcar una línea política en sus regiones, desde el ámbito de la resolución de conflictos, tratando de mostrar congruencia con su visión multipolar, así como la presión de poder que por primera vez muestra Brasil, negando a Caracas su participación en el multilateralismo derivado de un conflicto interno en el país. Así Brasil se eleva en la región como una potencia más allá de lo emergente. 

Sin duda, BRICS+ marcara un antes y un después en el segundo cuarto del siglo XXI. 

Deja un comentario